Entrada destacada

Acerca de mi...

El sonido que usan los seres humanos para designarme, es el de Juan Ramos. Desde que nací hasta hoy he dado ya cuarenta y tantas vueltas a ...

martes, 23 de enero de 2018

El Mahamudra.


Mahamudra es un conjunto de enseñanzas que se encuentra en la mayoría de las escuelas de budismo tibetano, el cual incluye métodos para entender verdaderamente la naturaleza misma de nuestra propia mente.

El Mahamudra es la esencia de las enseñanzas de Buda. Es un tema muy profundo y para comprenderlo con claridad y practicarlo correctamente es necesario recibir la iniciación e instrucciones de un/a guia espiritual cualificado.

Hoy día hay múltiples maestros/as realizados en el Mahamudra que imparten transmisiones y enseñanzas por todo el mundo.

Mahamudra es un método o técnica budista que conduce a la naturaleza propia de la mente. Es una hermosa y madura práctica que estabiliza la realización no-dual sin apego

En la practica de Mahamudra se busca realizar la completa claridad de la mente directamente.


Tilopa (Bengala, 988-1069) fue el maestro que desarrollo el método del Mahamudra. Fue un maestro- gurú indio que llevó la sabiduría desde la India hasta el Tibet y es reconocido como el fundador humano del linaje Kagyu del budismos tibetano.





Entre sus escritos se encuentra “ El canto del Mahamudra” son unos bellísimos y sublimes versos que escribió para su discípulo Naropa donde le describe la practica y el estado de vacuidad no dual de la mente.

En realidad “El canto del Mahamudra” es un mapa, un plano que señala, (con la limitación de un texto escrito hace 1000 años y del lenguaje dual), como enfocar y experimentar la naturaleza básica o fundamental de la mente.




Aquí os dejo esta joya de sabiduría...
                    
EL CANTO AL MAHAMUDRA, por Tilopa.

Mahamudra trasciende las palabras y símbolos,
pero para ti, Naropa, he decir esto:
“El vacío no necesita apoyo;
Mahamudra descansa en la nada.
Sin hacer ningún esfuerzo;
permaneciendo relajado y natural
puede uno romper el yugo
y obtener de esta manera la Liberación.

Si ves el vacío cuando contemplas el espacio;
si con la mente observas la mente,
destruyes las distinciones
y alcanzas el estado de Buda.

Las nubes que vagan por el cielo no tienen raíces, ni hogar,
ni tampoco los diversos pensamientos que flotan en la mente.
Una vez contemplas la propia mente,
cesa la discriminación.

En el espacio se forman figuras y colores,
pero ni el negro ni el blanco tiñen el espacio.
Todo emerge de la propia mente;
la mente no es manchada ni por virtudes ni por vicios.

La oscuridad de siglos no puede ocultar el brillante sol,
ni tampoco los largos kalpas del samsara
pueden ocultar la esplendorosa luz de la mente.

Aunque se utilizan palabras para explicar el Vacío,
el Vacío como tal no puede ser nunca expresado.
Aunque decimos: `La mente es tan brillante como la luz´,
ésta trasciende palabras y símbolos.
Aunque la mente es en esencia vacío,
contiene y abarca todas las cosas.

No hagas nada con el cuerpo; sólo relájalo..
Cierra la boca firmemente y guarda silencio.
Vacía tu mente y céntrate en el vacío.
Como un bambú hueco relaja tu cuerpo.
Sin dar ni tomar, pon tu mente a descansar.
Mahamudra es como una mente que a nada se apega.
Practicando así, a su tiempo alcanzarás el estado de Buda.

Ni la práctica de mantras ni el paramita,
ni la instrucción en sutras y preceptos,
ni las enseñanzas de escuelas y escrituras,
proporcionan la realización de la Verdad innata.
Si la mente llena de deseo busca una meta,
solamente logra ocultar la Luz.

Aquél que observa los preceptos tántricos
y sin embargo hace discriminaciones,
traiciona el espíritu del samaya.
Cesa toda actividad,
abandona todo deseo,
deja que los pensamientos surjan y desaparezcan
como las olas del océano.
Aquél que nunca contradice el no-morar-en-nada,
ni el principio de la no-distinción,
cumple los preceptos tántricos.
Aquél que abandona sus deseos
y no se aferra ni a esto ni a aquello,
percibe el verdadero significado que expresan las escrituras.

En Mahamudra todos los pecados son incinerados;
en Mahamudra uno es liberado en la prisión del mundo.
Ésta es la suprema antorcha del Dharma.
Los que no creen en ella, son tontos que para siempre se revuelcan en el sufrimiento y la miseria.

Para luchar por la liberación
uno debe depender de un Gurú.
Cuando tu mente reciba sus bendiciones,
la emancipación estará a tu alcance.

De este modo, todas las cosas de este mundo
resultan insignificantes;
no son más que semillas de dolor.
Las pequeñas enseñanzas te llevan a actuar;
uno debe seguir sólo las grandes enseñanzas.

Trascender la dualidad es la visión del rey.
Conquistar las distracciones es la práctica de los reyes.
El camino de la no-práctica es el camino de todos los Budas.
Aquél que recorre ese camino alcanza el estado del Buda.

Este mundo es transitorio,
como los fantasmas y los sueños, sin substancia alguna.
Renuncia a él y abandona a tus parientes,
corta los cordones de la lujuria y del odio
y medita en los bosques y montañas.

Si dejas de luchar y permaneces relajado y natural,
pronto obtendrás el Mahamudra
y alcanzarás lo inalcanzable.

Corta la raíz de un árbol y sus hojas se secarán;
corta la raíz de tu mente y el samsara se desvanecerá.
La luz de una lámpara dispersa instantáneamente
la oscuridad de largos kalpas;
la intensa luz de la Mente quemará, como un rayo,
el velo de la ignorancia.

Quien se aferra a la mente
no ve la verdad de lo que está más allá de la mente.
Quien se esfuerza en practicar el dharma
no encuentra la verdad que está más allá de la práctica.
Para conocer lo que está más allá de ambas, mente y práctica,
uno debe cortar de raíz la mente
y observarlo todo en total desnudez.
De esta forma, uno deja de lado toda distinción
y permanece tranquilo.
Uno no debe dar ni tomar, sino permanecer natural,
porque Mahamudra está más allá
de toda aceptación o rechazo.
Puesto que alaya es no-nacido,
nadie puede obstruirlo, ni mancillarlo.
Al permanecer en el reino de lo no-nacido
toda apariencia se disolverá en el Dharmata,
y la voluntad y el orgullo se desvanecerán en la nada.

La comprensión suprema
trasciende «esto» y «eso».
La acción suprema
maneja todas las situaciones, sin apego.
La realización suprema
es tomar consciencia de lo inmanente, sin esperanza.

Al principio, el yogui siente que su mente
se precipita como una cascada;
a mitad de su curso fluye lenta y plácida,
como el Ganges;
al final es como un grandioso y vasto océano
donde las luces del hijo y de la madre se funden en una sola.


Sed Felices...






2 comentarios:

  1. Para conocer lo que está más allá de ambas, mente y práctica,
    uno debe cortar de raíz la mente
    y observarlo todo en total desnudez.
    gracias, sencillo.

    ResponderEliminar

facebook