Hola y bienvenidos! He creído oportuno crear este Blog como un espacio virtual en el que sea fácil encontrar información útil que nos ayude avanzar en el camino de la meditación y el autoconocimiento. La propuesta consiste en articular una serie de conocimientos teóricos y prácticos que motiven y sirvan de base para aquellas personas que practican la meditación.
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El sonido que usan los seres humanos para designarme, es el de Juan Ramos. Desde que nací hasta hoy he dado ya cuarenta y tantas vueltas a ...
miércoles, 10 de enero de 2018
“ Yo Soy, él que conoce, que Yo soy”
Si miramos intensamente la verdad de la mente, ni la imaginación es capaz de contener tal asunto y como siempre la realidad supera a la ficción.
Este mundo parece estar tan lleno de distracciones, que la verdad, pareciera no tener demasiado espacio. El peso de la mente, el bombardeo sensorial o las emociones son muy poderosas, capaces incluso de ocultar el anhelo por conocer la propia verdad sobre uno mismo.
Cuando la creencia dominante es la de ser un personaje con una historia personal todo se ve filtrado, empañado y coloreado por esa lente mental.
Desde la perspectiva del “yo soy esto”, se deja de ser todo lo demás, así de simple es el mecanismo. Pero dejar de ser todo lo demás es algo que tiene consecuencias.
La naturaleza propia de la percepción es abierta e impersonal, abarca todo el campo y no diferencia ni excluye nada. Como el objetivo de una cámara de vídeo que capta de forma indiscriminada toda la luz que recibe, pero que ni clasifica, ni judga, ni diferencia, ni excluye nada, solo capta, así es nuestra naturaleza original, abierta y sin limites.
Nadie puede ver directamente lo que realmente somos pues “el ojo no ve al ojo”. Para observarnos necesitamos un espejo y ese espejo es la mente., lo que podemos observar es solo un reflejo, imágenes proyectadas en la pantalla más alucinante. La creencia que somos esas proyecciones, esas imágenes, colapsa la realidad fundamental y nos percibimos a nosotros mismos como objetos reflejados y no como el observador de la mente.
Nos identificamos con lo perecedero y transitorio y olvidamos que somos la propia conciencia o núcleo del que mana la corriente de atención que opera en el momento presente. Ese núcleo es el origen de la presencia imperecedera que atestigua, es el “ Yo Soy, él que conoce, que Yo soy”, en todos los estados y en todas las existencias.
Así de poderosa es nuestra Atención.
Medita !!!, no te lo pierdas...
Juan Ramos.
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Bravo! Me encanta!
ResponderEliminarYes
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