El sonido que usan los seres humanos para designarme, es
el de Juan Ramos. Desde que nací hasta hoy he dado ya cuarenta y tantas vueltas a nuestro Sol, y de todas esas vueltas, más de la
mitad las he dedicado por completo a la búsqueda de respuestas a preguntas muy sencillas y fundamentales, pero de tal calado y extraña profundidad, que al levantarse el velo sentencian una verdad que desde la realidad dormida del ego no se asume con facilidad.
A la edad de 21 años tuve un sueño,
fue un sueño muy diferente a todos los demás. En sueños alguien me hablo y me preguntó si quería ver a Dios y le dije que si.
No es necesario explicar esa experiencia personal, pero
si diré, que hubo un antes y un después a partir de ese momento.
Si, así es, un sueño lo cambió todo, y aunque los sueños, sueños son, todo mi ser sabe que no fue algo ordinario en ningún caso. Jamas hubiera podido si quiera imaginar que se pudiera percibir con la mente semejante cosa.
Si, así es, un sueño lo cambió todo, y aunque los sueños, sueños son, todo mi ser sabe que no fue algo ordinario en ningún caso. Jamas hubiera podido si quiera imaginar que se pudiera percibir con la mente semejante cosa.
He sido siempre muy aventurero y ha
habido grandiosos momentos en mi vida, pero de la transcendencia de ese solo mi experiencia con la naturaleza fundamental de mi mente en el 2014.
A causa de ese sueño tuve la necesidad
de buscar, si aquello era normal, si aquello era verdad y
sobre todo si había forma de regresar.
Ese camino se hizo una prioridad en mi vida, y mi corazón tomó el control convirtiéndose en mi brújula y guía.
Ese camino se hizo una prioridad en mi vida, y mi corazón tomó el control convirtiéndose en mi brújula y guía.
Desde aquellos días hasta hoy, han pasado más de veinte años, y ha sido una gran aventura. Caminando entre escuelas de
conocimiento, las clásicas y no clásicas, meditando, peregrinando caminos sagrados, consumiendo infinidad de charlas, talleres y cursos de todo
tipo, realizando un gran número de retiros largos de meditación con distintos maestro/as, escuelas y métodos, que hoy día sigo realizando. Todo con el único objetivo de buscar entre todas esas filosofías y
técnicas, alguna que tuviera el potencial de penetrar en ese lugar
que sabía que existía dentro de mi.
De entre todas esas escuelas, filosofías y técnicas la más penetrante y eficaz para mi propia comprensión y realización, a sido la práctica de la meditación.
Es sencilla, solitaria y humilde, pero practicada a diario, esconde un enorme poder transformador, imprescindible para el despertar y para separar lo verdadero de lo falso.
La meditación no es un accesorio ni es algo externo a nosotros.
La meditación, es el medio natural y legítimo mediante el cual, nuestra mente despierta a su verdadera naturaleza, así de contundente es.
La meditación no da nada, pero quita mucho. Quita todo lo que nos sobra.
Por eso, desde hace años, comparto todo lo relacionado con la práctica de la meditación con todos los seres que lo desean.
Muchas Gracias y sed felices.
Juan Ramos.
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