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El sonido que usan los seres humanos para designarme, es el de Juan Ramos. Desde que nací hasta hoy he dado ya cuarenta y tantas vueltas a ...

viernes, 1 de diciembre de 2017

-Pocas veces miramos mas allá-

Al nacer nada tiene nombre, nada es nada. Todo es solo percepción sensorial.
Ni mamá se llamaba mamá en ese momento, ella no tenia nombre pero la sentíamos a través de un profundo vinculo vital percibido de forma únicamente sensorial, sin nombres ni
conceptos.
Hoy miramos al Sol y vemos el Sol, pero ese objeto no tiene nombre propio, el nunca se llamo a si mismo así y antes de que hubiera humanos, no solo el Sol, sino que nada en absoluto tenia nombres propios.
Son asignaciones sonoras y conceptuales inventadas por una de entre las millones de especies que coexisten en este mundo, con esto quiero decir que somos los únicos que ponemos nombres propios a las cosas.
Con esto sucede una cosa interesante, por ejemplo cuando decimos mesa hablamos de un objeto para definirlo pero al decir mesa no decimos ni árbol, ni agua, ni tierra, ni sol, ni hierros, ni pegamento y un largo etc...
Definir con un nombre una cosa es aislarla del resto, ponerle una frontera un limite. Al decir que un objeto es esto, automáticamente, deja de ser todo lo demás. Nombrar los objetos de percepción colapsa la información, es así de simple.
De manera natural el Sol aparece en nuestro campo de percepción sin nombre, aparece como una amalgama de múltiples percepciones sensoriales en el que todo esta incluido, no se puede separar del espacio que ocupa ni de los objetos con los que lo comparte, ni de la sensaciones internas ni externas, no existe tal separación conceptual en la naturaleza, todos los objetos aparecen simultáneos y su interdependencia es absoluta.
A la hora de profundizar en nuestra propia naturaleza, para descubrir y experimentar esa UNIDAD fundamental, es imprescindible contemplar el suceso al que llamamos vida desde ese enfoque abierto, innombrable, unicamente sensorial y presente en el tiempo que llamamos ahora.
En ese contemplar sin fronteras conceptuales se percibe con claridad la UNIDAD fundamental con la que compartimos la totalidad del momento presente.
Cuando cesan las interrupciones conceptuales, se revela en la conciencia, que la totalidad es consciente de si misma de forma no conceptual ni verbal sino sensorial. La información no colapsada es imprecisa no tiene nombres, es una experiencia real y vital del momento presente en su conjunto. Hay conciencia y hay experiencia en un indivisible presente absolutamente interconectado.

Contempla!!! la vida no se piensa, se siente....

No te la pierdas...

Juan Ramos.

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