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El sonido que usan los seres humanos para designarme, es el de Juan Ramos. Desde que nací hasta hoy he dado ya cuarenta y tantas vueltas a ...

domingo, 11 de febrero de 2018

La mente y la cebolla.

Al comienzo de mi andadura, hace más de 20 años, miraba con otros ojos, todo eran expectativas, estaba lleno de creencias, ideas y futuro. En realidad no entendía bien, que significaba de verdad lo de desidentificarme del "Yo". Lo que hacia sin darme cuenta, era únicamente cambiar unas creencias por otras, que por supuesto para mi eran mejores, pero en definitiva solo cambiaba el disfraz.
Tuvieron que pasar años hasta que me diera cuenta.

Me hace gracia, al ver anuncios de cursos o talleres sobre meditación, y como se especula sobremanera pretendiéndose vender como un método eficaz contra el estrés, o que proporciona calma mental, relajación, más energía o paz interior, etc. Y si es verdad, no digo que no dé eso, pero no sirve para eso. Después de más de 20 años de cursos, talleres, viajes y retiros he recabado datos empíricos y tengo hasta estadística.

Pocas son las personas que habiendose iniciado en un taller, curso o charla acaben adentrándose en profundidad en la práctica, sin embargo, es algo diferente para aquellos que lo hacen a través de retiros largos.

La mente, metaforicamente, tiene capas como una cebolla. Las más externas son las mas duras y densas, las más tediosas y donde hay más identificaciòn. Realmente son las más dificiles de perforar.
El camino de la meditación, pretende realizar un viaje desde las partes mas superficiales de la mente hacia el mismísimo  núcleo fundamental de nuestra consciencia.

Las primeras capas de la mente, se perforan corrigiendo una y otra vez la atención, o percibiendo algunos espacios del vacío consciente que hay entre pensamiento y pensamiento, o siendo conscientes  de pequeños instantes del presente puro.
Pero, lo que he podido ver en mi mismo y en otros practicantes, es que lo que se libera en esas primeras capas no son precisamente nuestras partes más nobles y universales sino que suelen ser las más egoicas, las más densas y traumáticas.
Y he aquí, que lo de la paz y calma mental pega un patinazo gordo. Puede que al sentarnos a meditar nos relajemos algo, y nos parezca que eso es la paz del espíritu, pero de verdad que no lo es.
Cuantas veces, los que no vivimos  aislados, después de meditar, al minuto, pasa cualquier cosa que te afecte un poco, y se acabó la paz de espíritu!!!
Cuando la meditación empiece hacer efecto, pretenderá hacer cambios en nuestra vida, y eso, traerá movidas casi seguro con nuestro alrededor más próximo.
Es por eso, que si lo que se busca es la calma mental, a veces puede ser mejor un spá, un café con un amigo, dejar a los hijos con alguien un día, o un buen baño caliente o unas vacaciones.

La meditación es otra cosa.
El ser, se encuentra tapado debajo de capas y capas de creencias, miedos, deseos, traumas y no solo de un personaje, sino de muchos personajes, pues hemos usado varios para las distintas facetas de nuestra vida.

No es posible conocerse a uno mismo sin ir disolviendo los distintos patrones mentales que nos ciegan. Esos patrones, muchos de ellos, están tan incrustados que deshacernos de ellos es algo extraño, y puede producir dolor, ansiedad, miedo, inseguridad o cualquiera de nuestros estados anímicos de escape .
Imaginaos que tenemos que lavar un horno que lleva toda la vida usándose, y no se ha lavado nunca. ¿Creeis que desincrustar lo más sucio y pegado va a ser una buena experiencia?
¿No verdad?, Pues lo mismo sucede con la mente.

La mente no es algo fácil, y mirando el egoismo y crueldad de nuestras sociedades se ve.
La aventura que propone la meditación, es una empresa exijente, y no exenta de riesgos para el ego. Y  por lo que respecta al ego, darle continuidad a la práctica, no está en sus planes.
En realidad hay un abismo infinito en nuestro interior, y esto hace que sea un camino que  pocos se atrevan a recorrer hasta el final, pues el ego, va a intentar sabotear todo intento de disolver su único soporte, el "Yo".
Es muy importante saber, que nosotros no hacemos nada para que la mente se purifique, lo hace sola. Nosotros solo debemos poner los medios, y en este caso, es sentándonos a meditar.
De igual forma que nosotros cuando queremos curarnos, no hacemos nada, ya que la fiebre, el metabolismo y todo el sistema opera por si solo, nosotros personalmente solo podemos mediar facilitando el proceso, y poco más.
Con la meditación sucede igual, nosotros como "Yo" no debemos hacer nada, absolutamente nada. La mente es como una serpiente anudada, a la que nuestro "Yo" sujeta la cabeza y la cola. Cuando el Yo la suelta la serpiente por si misma se desanuda ella sola, sin ningún tipo de ayuda.

Hemos construido tantos mundos imaginarios alrededor de la verdad, que estos no se disuelven con unas cuantas sesiones de meditación, ni mucho menos.
La meditación es un proyecto a largo plazo, y hay quienes como por ejemplo Yo mismo, simplemente lo vive como algo vitalicio, como el ducharse, que ni se piensa que mientras haya vida se deja de hacer.

Después de algunos años de meditación, es cuando te das cuenta de como has cambiado, y encima sin darte cuenta. Como cuando eres niño y creces, no te das cuenta hasta que ves las fotos!!
La mente es como un vaso de agua sucia, a la que añadimos una gota de agua limpia cada vez que meditamos, y como es lógico, ha de pasar un buen tiempo hasta que el agua empiece a volverse clara. Igualmente, si añadimos una gota limpia, pero nos pasamos 16 horas neuróticos, tampoco iremos muy lejos.
En realidad no funciona muy bien si solo se le hace un pequeño sitio en nuestra agitada vida a la meditación, como si fuera un accesorio más. Es al revés como funciona. Primero se le deja un sitio pero con la intención clara que vaya expandiéndose al resto de nuestra vida, como parte de ella, no como un accesorio que hoy lo cojo y mañana lo dejo. De esta manera, con seguridad, no va a funcionar con todo su potencial.

Hay que decir, que una vez se han perforado las primeras capas, la meditación, se vuelve mucho más fácil y la mente no opone tanta o casi ninguna resistencia.
Hubo un tiempo en el que ni sabíamos andar!!, pero como todo, es solo cuestión de práctica, y un día corres, saltas y bailas....

Medita, no te lo pierdas!!

Juan Ramos








3 comentarios:

  1. Me encanta, hasta divertido de leerlo, gracias por compartir!

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  2. Me encanta, hasta divertido de leerlo, gracias por compartir!

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